Julio Cesar Zatarain Reyes
Se organizan jóvenes en Facebook para efectuar una manifestacion en los Monos Bichis, en contra de los nuevos y tendenciosos colores del malecón.
El cuadro pintaba
triste, como cualquier otra manifestación organizada horas antes. A las tres y
media me di cuenta que me había llegado una invitación: “ALTO A LA PINTADA DEL
MALECON DE MAZATLAN, MANIFESTACION!!!” Entré al evento; la cita era a las cinco
en los emblemáticos Monos Bichis. Pocas manifestaciones en Mazatlán y, ¿no ir? Jamás.
Conecté el cargador de mi cámara en la conexión de electricidad, y me dispuse a
leer los comentarios de los participantes: “colores partidistas”, “no me gustan
los colores de MI MALECON”, y un montón de comentarios inteligentes y absurdos.
Subí al camión
a las cuatro con veinte, y en cuarenta minutos llegué: el transporte urbano tan
exacto como siempre. El malecón estaba vivo, armonioso. Corría un viento tan
helado y fuerte que casi me tumbaba la gorra de la cabeza. De lejos pude ver el
cuadro, como dije al principio, era: desolador, triste, no había nadie. Chale, nada
agarran en serio la gente patasalada,
pensé por un momento, hasta que me acerqué, pues pude ver a dos muchachas
erguidas sobre la orilla del malecón y afuerita de la carretera, asi como otra
mujer, en una banca de cemento, pensando en lo que escribiría en su pancarta (véase
la siguiente foto).
Bueno, a ver
qué sale, me dije, y me senté a esperar. Pasaban carros pitando como si hubiese
carnaval, otros chiflaban y unos más inquietos se quedaban a leer lo que decían
las cartulinas. Patrullas y policías en bicicleta pasaban pero ni volteaban a
ver a nadie, mientras que los presentes se alarmaban. Llegaron unas personas de
la comuna, con el pantalón pintado y lentes oscuros, diciendo que para qué se
manifestaban, si ‘el malecón se veía acá chingón’. Las mujeres disidentes
argumentaron que eran colores partidistas y que había cosas más importantes en qué
gastar el dinero, como educación, baños y botes de basura en la inminente semana
santa, etcétera, y no en colores que el pueblo no quiere. En eso, bajó de un
auto una mujer de unos veinte años, con dos cartulinas en la mano que
expidieron mensajes opositores. Luego otra. Y otra más. Llegaron trabajadores
del periódico Noroeste, tomaron fotos y entrevistaron a las principales
actrices. Luego llegó gente del Debate y del Sol de Mazatlán, para imitar lo
que ya había hecho el Noroeste. Poco después vi a un señor que llevaba una
camisa que decía ‘www.mazatlaninteractivo.com’, tomando fotografías.
Para ese
entonces, no me había dado cuenta cómo ni cuándo sucedió, pero ya había alrededor
de un par de docenas manifestándose en las orillas del malecón. Unos criticaban
el gusto del presidente, otros pedían por educación, y otros más con pancartas con
mensajes ramplones como: “Ay, mi ranchito Mazatlán”.
El trafico se
intensificó y los cláxones consigo. La noche estaba cayendo, pero aun así la
pequeña manifestación contaba ya con cien personas congregadas. Unos señores al
lado mío daban sus comentarios: “la verdad, son chingaderas”, “ya mandó a decir
que son pruebas”, “Che Higuera, el otro día se me atravesó y no le quise dar el
paso, y los guardaespaldas me la hicieron de tos, iban empistolados y eran como
cuatro changos”, “tiene miedo el cabrón, anda chueco, para traer a tanto cabrón
con pistola, ta’ cabrón”, dijo otro.
Me hubiera
gustado participar, decir que los colores que él, el presidente, busca, son los
de su gobierno, los colores de su identidad gubernamental. El mismo color tiene
el mercado J. Carrasco, los jueguitos de por mi casa, los contenedores de
basura, el acuario y el bosque de la ciudad. ¿Pero el malecón? Era una
desfachatez.
Pronto
la manifestación se volvió una fiesta mediática. Las personas tomaban fotografías,
actualizaban el tuiter, etc. Pero dentro de lo que cabe, estuvo bien, que el
pueblo, y la inconformidad de los jóvenes, se escuchen y se reconozca. Porque
el malecón no debe ser tendencioso, debe ser arbitrario, laico y libre de las
imposiciones injustas del Estado.
Aqui sí hay un buen de protestas ¬¬ y ya nadie les presta atención :( a menos que les afecte directamente...así pasará x allá
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